miércoles, 29 de julio de 2009

¿Cogemos el coche?

Unos de los puntos débiles de Polonia es el sistema de comunicación y carreteras incluso a nivel local. Desde mi punto de vista hay dos grandes problemas:
  1. Las carreteras que hay no son suficientes, no pueden albergar a tantos turismos. He leido que en España ya contamos con unos 15.000km de carreteras (contando autovías, autopistas y carreteras de doble calzada), mientras que sólo he encontrado que en Polonia sólo cuentan con unos 800 km (de autovías y autopistas). Por tanto os podéis imaginar que el camino que hay desde Gdansk hasta Varsovia (350 km) no es nada agradable, ya que sin contar con los atascos se puede tardar 5 h. yendo a la velocidad establecida (que muy pocos la cumplen). Y a eso hay que añadirle el estrés de los camiones y trailers.
  2. Las carreteras son muy viejas o estan desgastadas por el uso intenso. Así que viajar en coche (excepto por las zonas recién hechas) es un calvario, normalmente hay muchos baches o irregularidades que al ir medianamente rápido te hacen desear ir andando.
Ya comenté en otro artículo que a raiz de la Eurocopa 2012, se quireren construir 3.000 km nuevos de carreteras y autovías, así que ahora hay que añadir más retraso a los desplazamientos porque en muchas zonas están de obras (todo sea por mejorar!). Sin embargo, la renovación o creación de la red de carreteras se está alargando más de lo previsto y muchos piensan que no se cumplirá lo previsto.

Lo mismo pasa con la red ferroviaria, son antiguas tanto las vías como los trenes. También se están llevando obras a cabo... Así que ahora te da lo mismo qué clase de tren utilizar porque todos van a tardar lo mismo... ¡una eternidad! Sólo hace falta decir que en tren se puede tardar igual o incluso más que en coche desde Gdansk a Varsovia (con las obras casi que más).

Sé que en España pasaba lo mismo al comienzo de nuestra entrada en la Unión Europea y sé que algún día Polonia saldrá en el mapa de Google con muchas lineas naranjas, pero ahora mismo es así como se vive y siente en este País.

lunes, 27 de julio de 2009

Jarmark św. Dominika ya tiene 749 años

Desde el pasado sábado 26 ya se puede pasear por el centro de Gdansk y disfrutar de la atmósfera que ofrece la feria de San Dominico. Durante tres semanas más de cien mil turistas recorren las calles del casco viejo en las que se puede encontrar de todo, pero lo que más me gusta (y creo que lo que más atrae) es poder saborear los productos típicos nacionales.

Todo comenzó en 1260, cuando el papa Alejandro IV concedió mediante una bula a los dominicos de Gdansk el privilegio de organizar el mercado. Desde entonces, cada año se organiza y ahora más de 1000 casetas participan ofreciendo sus productos a los más de 7 millones de visitantes.

El día de la innauguración, los organizadores del evento reciben en manos del alcalde la Llave de la Ciudad como símbolo de la importancia que tiene para el pueblo y el último día la devuelven.

Aquí dejo un mapa a los interesados ;)

lunes, 13 de julio de 2009

En los bosques...

En Polonia, los bosques ocupan un 29% del territorio. Éstos se clasifican mayoritariamente en bosques de coníferas o mixtos.
En otoño, los polacos salen a buscar setas (grzyby), y no como en nuestra región, siempre salen cargados con canastos y canastos de tan preciado hongo. Es muy curioso, ver a los pies del bosque y al lado de la carretera puestecillos improvisados para vender lo que se ha encontrado. Sin embargo, esta práctica trajo dilemas por el miedo a que se vendieran setas venenosas y parece ser que se intenta controlar, cosa que es prácticamente imposible cuando hay tanto bosque y tantas setas. Y es que las condiciones de estos bosques son ideales: en otoño caen tantas hojas de los árboles que se pueden ver aun en primavera en los suelos, llueve mucho y nieva mucho, por tanto agua y humedad en abundancia. Normalmente la gente sabe dónde ir a buscar, pero incluso sin saber puedes encontrar unos cuantos.
Unos hongos que también se buscan como decoración son los llamados "huba", que crecen en los toncos de los árboles.

También se puede encontrar en abundancia borówki y żurawina (arándano rojo), frutos del bosque un poco amargos, que se usan para hacer mermeladas y confituras y que se añaden a carnes y quesos.
Y por último en otoño, se puede ir a los bosques a recolectar moras silvestres o jeżyny.


En invierno, todo el país está cubierto de nieve, por eso y por las lluvias otoñales, el suelo es muy oscuro durante todo el año. Aunque hace mucho frío la gente sale los fines de semana a pisar nieve y pasear por los bosques y poco más.
En primavera, la lluvia ayuda a que salgan flores silvestres y a que el verde sea muy intenso. Los días empiezan a ser más largos y los polacos se animan a pasar todo el día en algún sitio habilitado con mesas cerca de algún lago.


En verano, la gente opta más por la playa pero si salen días nublados, lo más probable es que decidan irse a la orilla de un río y pasar el día con una barbacoa o bien ir a recolectar frutos de la época como: frambuesas (maliny), arándanos (czarne jagody) y poziomki o fresas del bosque, que son más pequeñas que las de huerto.

Ayer justo, tuve el placer de ir a buscar czarny jagody en un bosque no muy lejos de Wejherowo. Llegamos a casa con cuatro quilos y hoy vamos a hacer pierogis y un pastel.



lunes, 6 de julio de 2009

Con mucho que ofrecer

Este fin de semana ha sido grandioso para Gdynia, no solo por los 3 millones de turistas que han visitado la ciudad, sino por los acontecimientos que han tenido lugar.
Durante 4 días (de jueves a domingo) tuvo lugar el Heineken Open'er Festival, que albergó cada día a 60.000 personas. Tuve la suerte de asistir el segundo día y pude comprobar que la ciudad y el evento estaban muy preparados y bien organizados para poder albergar a tanta gente. Probablemente se deba a los 7 años de experiencia con este festival.
Cada 15 minutos había un tren de cercanias que llegaba repleto a la estación central de Gdynia. Al salir, había una parada de autobús improvisada especial para ir al recinto del festival, en la que cada minuto llegaban 4 autobuses que se llenaban de nuevo al máximo. Así que sólo tuvimos que esperar 5 minutos para que nos tocara subir. Llegamos al recinto y nos dejamos llevar por el mar de gente, que nos guió hasta la entrada. Lo más normal es pensar que con tanta gente las colas para los aseos, comprar cerveza y comida iban a ser interminables, sin embargo lo máximo que tuvimos que esperar fueron 5 minutos, siendo las colas para comer las más largas.
Los conciertos fueron espectaculares, pero al ser el lugar tan grande, no daba tiempo a recargar la cerveza e ir a ver un poco de otro concierto a otra zona (habían 4 escenarios principales).
No se podían entrar cámaras de foto, ¡pero me las arreglé para colar la mía!

El sábado, a parte del festival, tuvo lugar Tall Ships' Races, o sea una carrera-exposición de los barcos de vela más grandes y más bonitos del mundo. Hubo un desfile, una carrera ,después la exposición en la que se podía visitar e incluso comer en algunos de ellos, y más tarde dos conciertos. La ciudad estaba de fiesta, las playas repletas, las calles llenas de mercadillos, zonas con chiringuitos para comer y los restaurantes a rebosar (muchos de ellos se quedaron pronto sin existencias).



La verdad es que estoy gratamente sorprendida, ya que desde mi llegada al Norte no han dejado de organizarse conciertos y eventos de este estilo.
¡Aquí el que se aburre es porque quiere!

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