sábado, 2 de noviembre de 2013

Kaszëbë - Kaszuby

Este verano visité el Centro de Educación y Promoción de la Región de Kaszuby en Szymbark, no muy lejos de Gdansk. Este pueblo-museo está lleno de cosas curiosas que valen la pena conocer. Hoy os voy a hablar del carácter Kaszuby y algunas tradiciones, junto con lo que descubrí y experimenté en el museo de Szymbark.


Kaszuby es el nombre con el que se denomina a un área y cultura que abarca varias regiones del norte de Polonia y que presume de sus parajes naturales así como de su propia lengua y tradiciones.

El carácter de los kaszuby es complicado: son poco habladores y muy trabajadores. Cuando un Kaszuby habla, dice lo que piensa sin importarle la diplomacia y siempre se salen con la suya; de ahí viene el dicho "Uparty jak Kaszuba" (terco como un Kaszuby).

Kaszubski es una lengua (considerada dialecto) en promoción y conservación. Podéis escuchar cómo suena esta lengua a través de Radio Kaszëbë.
Allí me enseñaron una canción típica, que no pude aprender muy bien:



Los símbolos que se relacionan con esta zona son el grifo de su bandera y los motivos florales bordados en sus trajes tradicionales.

Centrum Edukacji i Promocji Regionu

 

Świętowida Kaszuba
 Al entrar en el pueblo de Szymbark no hay pérdida, éste centro es muy conocido y existen numerosas señales que os llevan hasta allí.

Al entrar hay un parking que cuesta 5zl para todo el día. La venta de entradas (12zl/persona) está al lado de la puerta principal del museo.

Se puede visitar de forma libre, pero nosotros esperamos a la guía turística y fue lo mejor que pudimos hacer porque nos explicó cada detalle de una forma muy amena y graciosa.

Lo primero que se encuentra el turista es una escultura llamada "Świętowida Kaszuba" que representa la religión, el trabajo, el patriotismo y la terquedad de los kaszuby por cuatro personajes en un árbol a revés y que señalan a los cuatro puntos cardinales hacia los que tuvieron que emigrar muchos polacos.

La tabla más larga del mundo - Libro Guinness de los Récords

 

Stół Noblisty a la izq., y dos tablas colgadas a la drcha.
Esta tabla no es sólo un reclamo turístico del centro, sino que simboliza el duro trabajo que realizan los Kaszuby, que se dedican a la pesca y a la tala de árboles desde siempre.

En realidad batieron el récord dos veces. La primera vez realizaron una tabla de una pieza de 36m 83cm, de 7 cm de grosor y pesaba más de 1.100kg, con la que tuvieron que cargar 50 hombres para colgarla a la pared en la que se encuentra ahora.

Sin embargo, la alegría no les duró mucho tiempo,  ya que los alemanes les arrebataron el triunfo con otra tabla un  poco más larga. Pero los kaszuby, que ya sabéis que son algo tercos, volvieron a intentarlo y volvieron a talar otra que mide 46,53m y que volvió a entrar en el Libro Guinness de los Récords.

En la misma habitación donde están las dos tablas, se encuentra la mesa más larga del mundo que se realizó a la vez que la primera tabla que batió el récord. Esta mesa se llama "Stół Noblisty" (la mesa del Noble) dedicada a Lech Walesa, que ganó el Nobel de la Paz en 1983. En esta mesa de 35m caben 230 personas, y pesa más de 6 toneladas.

Muzeum Gospodarstwa Domowego i Muzeum Tabaki

 

Probando Tabaka
Aquí se pueden encontrar muchos utensilios utilizados para el trabajo en el bosque y el campo, así como en el hogar que datan desde el siglo XVIII hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

En este lugar aprendí, gracias a nuestra guía, cómo se reconocía a un auténtico kaszuby: Los auténticos kaszuby tienen un huequito entre el pulgal y la muñeca donde se colocan unos polvos llamados tabaka (tabaco molido, puede ser de varios aromas), que entre otras cosas despeja la nariz.

Coincidencias de la vida que yo tuviera ese huequecito... así que lo probé y me compré unos sobrecitos en el pequeño Museo del Tabaco, por si acaso el invierno se presenta duro.

Dom Sybiraka i lokomotywa

 

Lokomotywa y yo
Durante nuestra visita entramos en una casa traída de Siberia y reconstruida exactamente igual que estaba en Rusia. En estas casitas vivieron polacos en condiciones extremas.
Nos contaron que las casas estaban pintadas de color azul para que los insectos no entraran, porque parece ser que no les gusta ese color.
También pudimos ver una locomotora con sus vagones, en los que llevaban a toda clase de personas hasta Rusia, para abandonarlos allí y realizar trabajos forzosos.

Dom Trapera Kaszubskiego z Kanady


Por si todavía no teníamos claro por todos las calamidades que pasaron los polacos, el museo nos muestra otra casa, pero esta vez típica de la zona de Ontario (Canadá), en la que en 1858 se alojaron kaszuby que dejaron a sus familias y casas por la promesa de un terreno de 200 acres, un caballo, una vaca y una cabra.
Por supuesto, al llegar allí se encontraron con un terreno del tamaño prometido con una casa en la que solo cabía el dueño y sus tres animales, rodeada de bosque y nieve. Por lo que los polacos tuvieron que ponerse manos a la  obra y arreglárselas para construirse un lugar más grande para poder traer a sus familias.
Hoy en día más de 10 mil personas de ascendencia polaca viven en Canadá.

Búnker Gryf Pomorski


Entrando al búnker
En este búnker el visitante puede sentirse como los polacos que se escondieron bajo tierra en tiempos de guerra durante la ocupación comunista.
Gracias a los efectos especiales sonoros, me sentí por unos momentos en pleno bombardeo en el bosque.
Para acceder al búnker hay que pasar por un diminuto y estrecho pasillo, hasta llegar a una sala en la que se pueden albergar 60 personas.
Allí la guía nos explicó el contexto histórico del uso de los búnkers y detalles de su construcción. Además, en una pequeña habitación se encuentra una reproducción del espacio en el que se alojaban las personas, reconstruido con elementos originales.
A la salida del búnker, hay un monumento en recuerdo de las víctimas y todos los que sufrieron la guerra en esta zona de Kaszuby.

Kościółek św. Rafala Kalinowskiego



La pequeña iglesia
Dentro de la iglesia
En pleno centro del recinto se encuentra la pequeña iglesia de San Rafael Kalinowski construida en el 2004 dedicada a los enviados a Siberia y a sus familias.
Esta iglesia está repleta de simbolismo e importantes elementos históricos: La estructura está hecha con la madera de los búnkers que desmantelaron los soldados polacos a su salida. Los bancos, por ejemplo, vienen de un santuario y tienen más de 180 años de antigüedad. Una de las paredes está hecha con tablas de una casa de Siberia.


La casa al revés


La casa al revés

Este es, en realidad, el gran reclamo turístico del centro.
La casa al revés fue construida como una alegoría al mundo moderno, en el que las tradiciones y el sistema de valores se encuentran en crisis, o al revés.

En el salón
La casa tiene una cierta inclinación, pero es la disposición de los objetos, ventanas y escaleras las que engañan a nuestros sentidos y nos hacen sentir algo un tanto desagradable.

Al salir de la casa estaba pálida del mareo que me provocó andar por las habitaciones.

La verdad es que no tiene muchos muebles, pero lo que tiene está en el sitio correcto, simplemente al revés.

Al final de la ruta por el museo, la guía nos llevó al hotel-restaurante y productor de cervezas no pasteurizadas de las que os hablaré en otra ocasión, y que por cierto, ¡están buenísimas!

En conclusión, este lugar ofrece al turista muchas sorpresas y sensaciones de todo tipo.
Espero que os haya gustado el artículo y que os animéis a visitar este museo y así conocer a los Kaszuby.


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