jueves, 2 de abril de 2009

No apto para sensibles


Desde Cracovia hay un autobús que por un precio vergonzoso (1,5€ por 1h y 30min. de viaje) va hasta el campo de concentración Nazi más conocido, Oswiecim, en alemán Auschwitz.

Al llegar allí nos encontramos con muchisima gente de procedencia muy diversa. No quisimos contratar a un guía porque debíamos esperar dos horas, así que decidimos entrar directamente (la entrada es gratis si no vas con un guía).
Antes de entrar al campo de concentración en sí, hay como una pre-entrada en la que hay un mapa con los bloques que hay y lo que se encuentra dentro, y un cartel que para mí no sirvió de nada: "Guarde silencio, por favor".

Caminar entre los bloques en Auschwitz I te hace imaginar lo que sería "vivir" en un sitio vallado doblemente y por tanto aislado por completo y con torres de control cada 200m, sin embargo, no te hace sentir demasiado mal hasta que no empiezas a entrar en los 28 bloques, que la mayoría son pequeños museos temáticos. Nosotros empezamos más o manos al revés, porque habían muchísimos grupos empezando la visita y se tardaba bastante yendo detrás. Empezamos viendo fotografías del comienzo, a leer un poco de historia y ahí es el momento en que empiezas a indignarte y a cabrearte.

Los bloques 10 y 11 son los más famosos, porque son en los que los prisioneros pasaban sus últimas horas antes de ser llevados a las cámaras de gas, donde eran torturados o donde se les interrogaba (por estar planeando escapar o por tener información del exterior). Allí "sólo" se encuentran las cámaras donde los encerraban, los cuchitriles de un metro cuadrado donde metían a cuatro personas para que pasaran la noche de pie, etc. Al salir de esos bloques ya empiezas controlar las emociones, empiezas a huir a los guías que cuentan historias de gente concreta y es cuando te alegras de no tener uno.

Luego fuimos a los bloques 8, 7, 6 y 5. En estos bloques, especialmete el 5 (que es el que ya me hizo explotar, entiendase llorar), es donde las cifras de prisioneros y ejecutados cobran forma. En ese momento te das cuenta de lo que significa en realidad un número. Aquí a parte de fotos, de leer que hacían experimentos con los presos, que familias enteras eran ejecutadas o separadas, de leer cómo se tatuaban el número de preso y el tipo de preso, se pueden ver millones de zapatos, de ropa, maletas e incluso pelo que se afeitaba a todos y cada uno de los presos. Después de esto, no recuerdo entrar a muchos más bloques. Dimos una vuelta y salimos.
En la entrada había un autobús de linea que llevaba al campo de concentración más grande de los 40 que se construyeron: Auschwitz II-Birkenau. El viaje era gratis (no podía ser de otra manera, sólo se tardaba 5 minutos!!).

Después de haber pasado por el primer Auschwitz, el segundo te deja un sentimiento amargo de desolación. Por suerte no hay más museos, pero es que tampoco son necesarios. Este campo era el centro de ejecuciones por excelencia, decenas de crematorios medio destuidos se encuentran en el lugar (en el último momento les entró la vergüenza y comenzaron a destruirlo todo, documentos incluidos). La visita de este campo puede durar 3 horas largas, sólo paseando. La mayoría de los presos (un 90%) murió allí, o sea al rededor de un millón de personas. Vimos donde se alojaban a los presos, las condiciones higiénicas no se pueden imaginar.


Los Nazis, ya en el poder, empezaron a arrestar a judíos en Alemania, ya que les culpaban de causar la depresión que había en el país. Los privaron de tener negocios, de manifestar su cultura y de hablar en su idioma. Tampoco podían emigrar porque otros países les denegaban la entrada. Así que, poco a poco las cárceles y los campos de concentración alemanes se quedaron pequeños para tantos presos y es cuando ocuparon territorio polaco y construyeron Auschwitz I (1940), destruyendo antes el pueblo que había allí y arrestando (y/o matando) a sus habitantes. Al principio, la mayoría de los presos eran polacos y poco a poco judíos polacos que llegaban en toda clase de transportes. Cuando en los guettos y en los campos no cabían ya más personas, se tomó la decisión de comenzar a matar a los más débiles, enfermos y más viejos en cámaras de gas y a incinerar los cuerpos en los crematorios (Auschwitz fue la pionera).
Se pueden destacar, en base a las funciones de Auschwitz, dos periodos en su historia:
  • Desde que se fundó en 1940 hasta los primeros meses de 1942: funcionaba básicamente como campo de concentración, es decir, un lugar en el que se mataba poco a poco debido a las condiciones inhumanas creadas deliberadamente (sobre todo hambruna).
  • Desde los primeros meses de 1942 hasta octubre de 1944, cuando el campo continuaba con su función de campo de concentración para prisioneros de varios grupos étnicos (polacos, judíos y gitanos) y al mismo tiempo funcionaba como el mayor centro de matanza en masa de judíos de toda Europa.
Auschwitz I también era el centro administrativo, donde se encontraba alguna tienda y empresas SS (cuerpos encargados de dirigir los campos y matar)

Lo peor es que después de todo, de que decenas de miles de presos sobrevivieran después de haber sufrido las torturas y de haber sido testigos de los delitos cometidos, a pesar de que dejaran miles de restos, listas, documentos, fotografías y que se dejaran material en los campos, a pesar de todo esto, hay personas y organizaciones que niegan que cientos de miles de personas fueran asesinadas en los campos de concentración, que las cámaras de gas funcionaran y que en los crematorios entraran miles de cuerpos diarios.



Aquí está la página oficial, lo malo es que sólo está en polaco y en ingés. Siento la actualización tan extensa de hoy, pero es un 1% de todo lo que podría contar.


"Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo" George Santayana.

5 comentarios:

Rebecca dijo...

Después de tantas horas de visita, uno se cansa y le entran ganas de comer algo... pero no sabéis la vergüenza que me daba decir que tenía habre o que necesitaba sentarme!

Basseta dijo...

Demuestras mucha entereza al realizar esa visita. Yo, sinceramente, no creo que me atreva nunca. No sé si es por todo lo que he visto y he leído sobre el tema, que tampoco ha sido tanto, pero cada vez que me vienen a la cabeza las calamidades que pasaron los seres humanos allí encerrados se me hace un nudo en el estómago.

Espero que otro día nos enseñes cosas más bonitas de Polonía, que me costa que las tiene.

¿Conoces las minas de sal?

Rebeca dijo...

Es impresionante todo lo que pudiste ver, la verdad... tiene que ser muy duro ver todo aquello, imaginarse las circunstancias que tuvieron que pasar esas personas, su familia...es horrible.

Sólo recuerdo haber leído una novela sobre la segunda guerra mundial: "Muscha" de Anja Tuckermann. Después he leído documentos y tal, pero como historia sólo ésta. Esta basada en la historia de un niño judío que no entiende porqué es diferente, y esta basado en los campos de concentración de Auschwitz. Me lo leí en el instituto y me sobrecogió.

Bueno, no dejes de contarnos cosas sobre Polonia! Es muy interesante el blog! ;)

Un beso guapa! :**

Rebecca dijo...

Sí, la verdad es que no fue muy agradable...

Basseta: También estuve en la mina de sal! en la próxima entrega :P

Claudio dijo...

Tienes razón, Rebeczka. Es vergonzoso que la gente de la Iglesia Católica Apostólica y Romana niegue la gravedad de lo ocurrido en esos campos de exterminio.

NO es agradable la visita a esos sitios, pero creo que es necesaria para que en nuestras mentes y nuestro sentimiento no quepa ninguna duda sobre la capacidad del ser (in)humano para generar dolor y sufrimiento.

Es un ejercicio escatológico y de empatía hacia las víctimas de esos y otros hechos similares no tan lejanos en el tiempo.

Me ha gustado mucho tu explicación. Deja entender que no cuentas más para no estropear el ordenador con la humedad.

Un beso, niña.

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