jueves, 21 de febrero de 2013

Międzynarodowy Dzień Języka Ojczystego

Hoy es el día internacional de la lengua materna (Międzynarodowy Dzień Języka Ojczystego). 

Es curioso que en polaco la lengua materna no venga de la madre sino del país, la patria: ojczyzna. Los polacos dicen lengua patria, natal.

Para celebrar este día se ha creado un vídeo para reivindicar el uso de las letras polacas que tienen una especie de rabito o tilde, ya que mucha gente (sobre todo jóvenes) no usan estos símbolos cuando escriben en la web o un e-mail. Podríamos decir que es igual que la problemática en el castellano con las tildes y las abreviaturas cuando escribimos en Internet.
 
Anteriormente, muchos servidores daban problemas al usar estos símbolos, pero hoy en día casi todo está preparado para reproducirlos. Para poner estos caracteres hay que presionar la tecla ALT en los teclados polacos, por eso en el vídeo nos dice que la próxima vez apretemos la tecla ATL de la derecha, es decir el ALT GR.

Está claro que al escribir un mensaje de texto los polacos prefieren no usas esos caracteres porque se tarda más en escribir.

El video está muy gracioso. El rapero que lo lee, pronuncia exactamente como se ha escrito el texto (sin símbolos) imitando el estilo que se usa en Internet, y la verdad es que suena como si el que hablara fuera de todo menos polaco. 

Desde aquí os invito a que utilicemos bien nuestra(s) lengua(s):

 Nie traktuj języka jak smietnika !!




martes, 12 de febrero de 2013

Dziękuję bardzo!

Los polacos son muy educados y eso se demuestra en el lenguaje y en la formalidad de sus palabras.

En polaco se usa el verbo dziękować (agradecer) mientras que en castellano se usa una expresión que viene de un sustantivo (gracias). 

Gacias por estar ahí
Por tanto si queremos agradecer a alguien alguna cosa, conjugamos el verbo dziękować.

Dziękuję significa gracias en polaco (yo te agradezco). También se puede decir Dziękuję bardzo (muchas gracias).
De una forma coloquial se puede decir Dzięki.
Dziękuję za wszystko es un poco más difícil de pronunciar, pero queda genial: Gracias por todo.
La estructura sería: dziękować komuś za coś

Otra manera de dar las gracias es introduciendo la persona a la que damos las gracias:  Dziękuję Ci (te doy las gracias).

Cuando vamos a un restaurante y nos traen la bebida, la comida o cuando ya nos vamos, decimos Dziękujemy! (nosotros agradecemos) y es suficiente con que lo diga una persona porque agradece por todos.

Una expresión curiosa es la de Ja dziękuję (yo agradezco), introduciendo el pronombre personal, para decir que ya no queremos más de algo, por ejemplo cuando te sirven comida o bebida, o bien si te preguntan si quieres más de algo.

Hoy tengo que dar las gracias a Ilona Narębska por sus palabras en la entrada que ha escrito en la web del laboratorio de idiomas de la Universidad de Alicante sobre Descubriendo PolskaPo Polsku, así como su referencia tan positiva a mi persona :)

Dziękuję bardzo i Dziękuję Ci za wszystko!!



viernes, 8 de febrero de 2013

El secreto de Szymboska

Hoy he llegado a esta noticia publicada en un periódico y me ha parecido interesante compartirla con vosotros. Se trata de Wislawa Szymborska, la poeta Nobel polaca que murió el año pasado, y un secreto que nos revela su secretario y presidente de la fundación de la poetisa.

Espero que os guste.


Sabemos lo que algunos ganadores del Nobel de Literatura hicieron con el dinero del premio. Yeats se compró una jaula de oro para los cincuenta canarios que tenía en su estudio y luego invirtió el dinero en valores seguros de Bolsa. García Márquez metió el dinero en un banco suizo. Samuel Beckett -cuya mujer exclamó «¡Qué catástrofe!» al oír la noticia del premio- destinó el dinero a obras de beneficencia y a ayudar a escritores necesitados, en especial a Djuna Barnes, que por entonces vivía en la miseria en un apartamento de Greenwich Village, y al joven y casi desconocido B. S. Johnson. De Cela sabemos que se compró una casa en Guadalajara, y de otros escritores podemos imaginar que se compraron casas en otros sitios: en París, en Nueva York, o quizá en Venecia o en la Costa Azul.

Hasta ahora parecía que Beckett había sido el único ganador que dedicó el dinero a ayudar a otros escritores. Pero justo ahora, cuando se cumple un año de la muerte de Wislawa Szymborska, se ha sabido que la poeta polaca también donó una parte importante del dinero del Nobel, que ganó en 1996, a ayudar a otros escritores en apuros.

Primero se compró un piso con ascensor en el mismo barrio de Cracovia donde vivía, ya que antes había vivido en un cuarto piso sin ascensor. Y luego le pidió a su secretario que fuera donando el dinero restante a la gente del mundillo literario: poetas, traductores, revistas literarias o incluso editores en crisis (será mejor no imaginar los candidatos que tendría ahora ese dinero en España). La única condición que puso Szymborska fue que todo debía hacerse en secreto. Si algo le disgustaba, era que la tomaran por una especie de «hada madrina» que se podía permitir el lujo de ayudar a los demás. Y si algo le disgustaba -podemos añadir nosotros- es que todo el mundo hablara de ella como una persona «comprometida» o «solidaria».


Todo esto lo ha revelado el joven poeta Michal Rusinek, que fue secretario de Szymborska y ahora preside la fundación que lleva su nombre. Parece ser que Szymborska eligió a Rusinek por su sentido del humor, ya que la poeta no soportaba convivir con nadie que no lo tuviera.

El trabajo de Rusinek consistía en declinar muy educadamente todas las ofertas de viajes y de entrevistas, ya que la poeta odiaba moverse de su ciudad. Por suerte, Rusinek logró convencer a Szymborska para que se dejara entrevistar en unas pocas ocasiones, y gracias a ello hemos podido leer sus opiniones, que están a la altura de sus maravillosas reseñas de libros recogidas en «Lecturas no obligatorias» (Alfabia). «Ya viajaré cuando sea más joven», solía decir al rechazar una invitación. O bien: «Cuando escribo siempre tengo la impresión de que alguien está detrás de mí haciendo muecas. Por eso huyo, todo lo que puedo, de las grandes palabras».

Es bueno saber que Szymborska también supo huir de las grandes palabras cuando quiso ayudar a sus colegas en apuros. Y que lo hiciera sin muecas ni gestos grandilocuentes, como tantos y tantos actores mediocres gesticulando en un escenario.

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